Algunos consejos generales para hacer un buen ejercicio oral podrían ser:
- Preparar la intervención: no se puede hablar de una cosa si no se sabe nada.
- Elaborar un guión para ordenar las ideas.
- Ensayar en voz alta, a los peluches y al espejo no les importará.
- Hablar despacio y claro para que el público pueda entenderte.
- Utilizar los gestos adecuadamente y mantener contacto visual: los gestos refuerzan lo que se dice y la mirada aporta seguridad.
- Usar materiales de apoyo si fuese necesario. Siempre se dijo que una imagen vale más que mil palabras.
- No enrollarse: buscar la manera más sencilla de decir las cosas.
- Disfrutar: si se pasa bien el público también lo hará.
De manera más detallada y siguiendo las indicaciones de Mª Pilar Núñez, es importante tener en cuenta que estamos transmitiendo un texto con el que queremos transmitir un mensaje y, por tanto, debe reunir las serie de condiciones que lo hagan entendible. Para ello debemos considerar aspectos relacionados tanto del contenido como de la forma
Por tanto, en cuanto al contenido, como cualquier otro texto tiene una serie de propiedades básicas como:
- La coherencia. Para que el mensaje sea coherente habrá que hacer una buena selección del contenido y además le daremos un orden y estructura adecuada.
- La corrección. El texto debe ser correcto en todos los planos de las lengua: morfosintáctica, léxico-semántica, fonético-fonológica y de presentación.
- Unido a lo anterior, trataremos de hacer una adecuación del mensaje a la audiencia, en función de su conocimiento previo, de su edad, … es decir, en función de la situación y al contexto en el que se transmitirá.
- La cohesión, no solo de las diferentes partes del texto, sino también de manera semántica y a través del uso de los conectores.
- La cooperación que se concreta en la pertinencia y la claridad, que lo que viene a decir es que nuestro público nos pueda ayudar a la hora colaborar a la hora de comprender el texto porque participa activamente en la situación comunicativa y para eso también es muy importante que lo integramos en esa situación.
- Teniendo en cuenta también las distancias que nos pueden separar, es necesario tener en cuenta el tratamiento de la cortesía.
Como hemos dicho, además del contenido a exponer, también es importante lo como presentamos, es decir, la forma, para ello recurrimos a esta imagen del libro “El superhéroe de las presentaciones: conviértete en una arma de persuasión masiva” de Gonzalo Álvarez Marañón y David Arroyo García en el que nos dan una serie de claves para cuidar la forma en un ejercicio de exposición oral.
Por un lado hablan de la postura VASE, es decir, vertical o de pie, puesto que transmite fuerza y elegancia; simetría, sin posturas extrañas y dando la sensación de equilibrio, control y orden; abierta, generando seguridad, apertura, cercanía y con voluntad de relación con el público; y por último, estable, inspirando confianza y solidez en nuestro mensaje. Básicamente la idea es transmitir que dominamos aquello de lo que hablamos.
Todo esto se concreta en otros aspectos y si hacemos un recorrido por el cuerpo humano siguiendo la imagen anterior podemos observar:
- En primer lugar podemos partir del contacto visual, intentando abarcar a toda la audiencia y que todo el mundo se sienta integrado, sin fijar la vista en nadie en particular para que no pueda resultar incómodo.
- Si hablamos de la voz pues lo lógico: volumen variado, el ritmo pausado, una entonación rica y adecuada, una articulación correcta y clara, sin muletillas, usando eficazmente las pausas y con una respiración relajada.
- Respecto a los objetos que podemos tener las manos muchas veces se dan consejos de que es mejor tener algo en las manos, pero realmente si aquello que tenemos en la mano no nos va a servir de manera funcional, por ejemplo, un mando para pasar diapositivas, deberíamos tener las libres precisamente para reforzar esa voluntad de comunicación.
- Es importante cuidar el vestuario, no es necesario ir de etiqueta si no se precisa, pero sí tenemos que cuidar el aspecto que se requiere para la ocasión.
- El movimiento debe ser natural, deliberado y con entusiasmo, para llegar a todos, para dar dinamismo a nuestra exposición, para dar sensación de cercanía, para ayudar al contacto visual con toda la audiencia, para mostrar a todos algo que queramos que se vea. En definitiva, para dar la sensación de dominio. Que seamos enérgicos no quiere decir que no tengamos que tener una gestualidad reposada, pero si expresiva, que no sea necesariamente exagerada, puesto que puede ocultar el mensaje verbal.
- En cuanto a la expresión facial tenemos que ser amigables y, aunque tratemos en el fondo de influir en las personas con nuestro mensaje, tenemos que ser cercanos, estar risueños, debemos ser amables y generar estados de ánimo que acompañen aquello que estamos diciendo.
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